De una granja eco a Seminyak. Bali.

 


Acabo de aterrizar en Denpasar desde Cairns, paso por seguridad y tras recoger la maleta me encuentro con algunas mesas para cambiar dinero y cambio algunos euros, debo añadir que la Revolut funciona muy bien aquí. Es un poco complicado hacerse con el tipo de moneda, una se siente millonaria con tanto cero. Está muy devaluada con lo cual 1€ son unas 15.000 rupias, se refieren a ellas como 15K, la K es igual a 000. Nada más llegar me hice una lista para aclararme ya que lo mío no son los números.

Frente a las mesas de cambio hay dos stands donde venden tarjetas SIM, algunas incluyen llamadas y otras solo son para internet. Yo compré una solo de internet por unos 16€ y me duró varias semanas, la verdad es que en todos los lugares ofrecen wifi, con lo cual cunde. Yo recomiendo comprarla para poder usar el mapa cuando vayáis a explorar o calcular precios, o simplemente estar en contacto.

El punto de reunión en el aeropuerto es una hermosa puerta balinesa roja, allí me espera mi conductor Arsana, de balinettours.com. Me lo recomendó un amigo y yo os lo recomiendo a vosotros nómadas, completamente de fiar, puntual, muy simpático y encantando de contestar las mil preguntas con las que siempre le bombardeaba, hasta el punto de ganarse el apodo de google Bali.

Llego a Green Tara, una granja eco y hippie con muy buena vibra. Al ser temporada baja la tengo toda para mi. La pena es que la profesora de yoga también está de vacaciones, así que la Shala, que es como llaman a las salas de yoga, también está vacía. 



Necesito un tiempo para mi, para poder escribir y leer antes de que Virgina llegue y nos pongamos a explorar la isla. Made, el muchacho encargado del lugar, me prepara un desayuno vegano de torta de banana y frutas, me gusta tanto que lo consumo a diario.

El supermercado queda cerca, pero como hay muchas cuestas Made me lleva amablemente en moto. El nombre del súper es muy gracioso, Pepito.

Sin plástico. No plastic

Una mañana me aventuro a visitar la playa Pantai Pandawa, queda al sur y cerca de mi casa en moto. Unos grandes arcos dan acceso a la playa, hay que pagar peaje, 15.000  (1,08€), desciendo la cuesta y veo que la pared tiene unas cinco grutas donde están colocadas cinco grandes estatuas de los héroes pandawa, que son quienes dan nombre a la playa y la custodian.

Las nubes andan cerca y parece que llegan cargaditas, nado, me tumbo a leer, hay una paz y es tan bonita, incluso en un día tan gris.

De repente mi instinto me dice ¡hora de recoger!, me acerco donde están las pequeñas tiendas y cafeterías locales y es cuando empieza a caer la del pulpo; unas amables señoras me invitan a cobijarme en su café, lo agradezco porque por más de una hora cae un gran aguacero. Me rio de mi suerte, estoy aquí sentada leyendo y justo al lado tengo un durian, ¿lo recordáis de Macau? pues sí, su olor me hace compañía .

Si no alquiláis una moto me gustaría recomendaros una app muy útil llamada Gojeck, que es como Uber de motos, es muy barata y cobran en efectivo. Suelen llevar un chaleco fosfórito con el nombre de la app.

Hoy llega Virginia, Arsana la recoge en el aeropuerto y la lleva a Seminyak, por la misma cuota, 250K. A la mañana siguiente me reuno con ella en su hotel y nos vamos a desayunar. Todos los cafés y restaurantes son muy chulos, sus decoraciones, sus plantas, sus empleados … todo ello en conjunto hace que nos apetezca ir a todos.

Seminyak es una ciudad con mucho bullicio, tiendas, restaurantes, y bastante turística, aunque estamos en temporada baja. Es práctica como base para hacer algunos tours y visitas.

Una de sus calles nos lleva directas a la playa de Seminyak, a la parte conocida como La Plancha, por un restaurante que hay allí. El sitio es ideal para ir a ver la puesta de sol, de hecho cualquier lugar al oeste de la isla lo es.

Damos un paseo por la playa, el salvavidas no nos deja bañarnos, así que solo nos refrescamos.

Se acerca la hora de la puesta de sol y todo el mundo se congrega frente a la Plancha, que tiene un montón de sombrillas y pufs de colores en la arena. Detrás del restaurante está el bonito mercadillo The Flea Market que allí montan cada día hasta las siete y que hoy recoge más rápido que de costumbre, porque de nuevo aparece la lluvia.

Todos aquí son muy amables y encantadores, y están muy preparados para el turismo, ya os iré contando un montón de cositas que hicieron nuestra visita mucho mas fácil.

Mientras, os quiero recordar un libro del que ya os hablé en el post de RomaCome, reza y ama” de Elizabeth Gilbert , no me negaréis que es ideal para este post. La película, que me gustó mucho, también os la recomiendo. Tras vivir en Roma y aprender a meditar en India, Elizabeth se embarca hacia este lugar del mundo. Una novela romántica donde la protagonista emprende un camino hacia la búsqueda de ella misma. Relato ideal para leer en el avión y quizá ¿seguir sus pasos?

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Mis viajes alrededor del mundo siempre acompañados de un buen libro. My travels around the world always accompanied by a good book.