Los Ángeles, ciudad a la que muchos llegan buscando sus sueños (según dicen las pelis) y bañada por el océano Pacífico. La primera vez que llegué a ella decidí hacer un tour con dos compis, y así ver que nos ofrecía. De ello hace ya bastantes años, las fotos son algo “vintage”.
El tour incluía un paseo por Rodeo Drive, la famosa calle de tiendas que popularizó Julia Roberts en “Pretty Woman”, queda muy cerca del hotel donde se alojaba el guapo Richard Gere, en Wilshire Boulevard, así que fuimos y usamos sus aseos, ¡sin dejar ningún chicle pegado, claro!
Hacía poco que acaban de construir la moderna Catedral de Los Ángeles, fuimos a verla y nos chocó, claro, éramos tres chicas provenientes del viejo continente y con un concepto de catedral algo más “antiguo”. Cerca queda el Walt Disney Concert Hall, un edificio impresionante que os resultará familiar si habéis ido a Bilbao, ya que se parece mucho al Museo Guggenheim.
La primera calle de esta ciudad todavía existe, es Olvera Street y se la conoce como el lugar del nacimiento de LA, veréis como conserva toda su herencia mexicana.
Desde varios puntos de la ciudad se puede ver la señal de Hollywood, la web tiene mucha información sobre ellos,. Yo no recuerdo como se llamaba el lugar donde se paró el bus, solo recuerdo la foto que nos tomamos.
También visitamos la calle más famosa de esta city, Hollywood Boulevard, con sus estrellas en el suelo en el Paseo de la Fama y su Teatro Dolby (antes llamado Kodac) que es donde celebran la entrega de los Oscar. Junto a él está el Teatro Chino y delante están las huellas de los pies y manos de muchos grandes como Robin Williams o Marilyn, de la que debo decir tenía un mini pie.
Personalmente no le encontré nada especial al centro de esta ciudad, una vez vista la calle Olvera y el Paseo de la Fama pensé que ya era hora de ir a pasear por sus playas, que tan famosas se han hecho gracias a series como “Baywatch“, más conocida como “Los vigilantes de la playa”.
La costa del Pacífico californiano es inmensa, yo que estaba acostumbrada a playas más pequeñitas, como las de mi isla, estas me parecieron súper anchas. Cuando visitaba esta ciudad me solía quedar en Redondo Beach, desde allí iba en bici hasta Santa Mónica, donde hay un embarcadero con una feria encima que todos habréis visto en montones de películas.
Y algo más allá, Malibú.
De camino pasaba por Marina del Rey, poblada por montones de barcos y donde viven muchos famosos, por Muscle Beach, o la playa de los musculitos llamada así porque tiene un gimnasio en la playa. Es el lugar donde empezó la fiebre del fitness en los años 40, donde entrenaban acróbatas y halterófilos y más adelante lo haría también Arnold Schwarzenegger.
Cerca, entre las canchas de vóley playa y la zona de skaters está Venice Beach, con su estilo ecléctico y cuna de la contracultura. Os podéis encontrar cualquier cosa, el barrio tiene mucho carisma y está lleno de pequeños canales que hacen que se asemeje a Venecia.
Sus gentes son muy amables y amigables, al llegar al hotel de Redondo Beach solía ir dando un paseo a comprar el picnic para el día siguiente al Whole Foods, una cadena que vende muchos productos biológicos. Por el camino me encontraba a los vecinos paseando a perros o saliendo a hacer deporte, todos me saludaban, algunos incluso se paraban a charlar conmigo, mientras jugábamos con las mascotas.
Un poco más al sur se encuentra Long Beach, tiene un pequeño embarcadero con tienditas muy coloridas y cuquis, junto a él se encuentra el barco Queen Mary que se podéis visitar o quedaros a cenar si os apetece.
Las playas allí también son, por supuesto, gigantes. Me encantaba ir a correr por ellas, todos los demás corredores me saludaban, es algo que me encanta de ese lugar, sería genial que fuera así en todos los demás lugares del mundo en los que he salido a correr.
Un día unos compis y yo alquilamos un coche, debo añadir que en esta ciudad realmente lo necesitas si quieres ver cosas, y nos fuimos a visitar los Universal Studios, en ellos han rodado todo tipo de series y películas. Si sois amantes del cine DEBÉIS visitarlos. Es muy divertido ver la casa de “Psicosis”, o la calle Whisperia Lane de “Mujeres Desesperadas”, la plaza de “Entre Fantasmas”, el avión estrellado de “La Guerra de los Mundos”, el embarcadero de “Tiburón” y de “Se ha escrito un crimen”, tantos y tantos escenarios.
Y por supuesto, si os gustan los parques temáticos no os podéis perder Disneyland, a donde mi amigo Seth me arrastró un buen día; no soy muy fan de parques pero, confieso que me lo pasé muy bien.
Hoy os voy a hablar de un libro cortito llamado “Dios vuelve en una Harley” de Joan Brady. Es un libro adorable que narra, en forma de novela, como debemos encontrarnos y amarnos a nosotros mismos y deshacernos de lo que ya no sirve en nuestras vidas.