Palma, la ciudad que me vio nacer

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Un día 2 de abril de hace pocos muchos años aparecí en esta maravillosa ciudad bañada por el Mediterráneo.

Mar por el que llega el viajero y es recibido por su icónica catedral gótica, La Seu,  majestuosa e imponente desde el siglo XIII. Su “ojo gótico”, uno de los mayores rosetones del mundo, nos obsequia dos veces al año con un espectáculo de luz. Por él entra el sol y forma la figura de un 8 con el rosetón situado al lado oeste de la catedral. ABSOLUTAMENTE DIVINO.

Su estilo ha ido evolucionando a través de los siglos, siendo Gaudí y Barceló, dos de los últimos artistas en dejar su huella en ella. La llaman la catedral del mar, la luz y el espacio y yo os invito a que comprobéis por vosotros mismos el porqué, queridos nómadas.

Frente a esta bella estructura está el Palacio Real de la Almudaina, hogar de reyes y reinas que hoy en día alberga las celebraciones y cenas con los dignatarios del país, cuando la familia real está en la isla en verano.

Fue construido en el siglo XIII sobre un antiguo palacio almorávide, y los distintos reyes lo han ido modificando. Sus grandes salones, baños árabes, despacho de la reina, salón de chimeneas … todas sus estancias respiran realeza medieval, si las paredes hablaran…

Junto a ellos se encuentra el barrio de La Lonja, donde los pescadores traían y siguen trayendo la pesca. Un barrio con mucho encanto lleno de bares y restaurantes. Uno de los más populares entre los visitantes que deambulan por nuestras calles es el Abaco, una típica casa señorial mallorquina donde podréis tomar un coctel frente a la chimenea o en su pequeño, pero adorable, patio. Solo abre por las noches. 

Detrás de La Seu y La Lonja se encuentra el casco antiguo, con sus pequeñas calles que desembocan en varias plazas. En una de ellas está la del Ayuntamiento que aquí llamamos Cort, igual que la plaza. Si entráis en él os encontrareis a varios gigantes, y algún que otro cabezudo que hacen su aparición en las fiestas de la ciudad.

La fachada tiene un banco llamado “sinofós” si no fuera, dice la leyenda que cuando los ociosos andaban allí sentados los transeúntes les preguntaban “¿por qué no estás trabajando?” y su respuesta siempre era “si no fuera por los achaques, si no fuera por el calor … ” y de esas excusas salió el apodo para este banco. Os animo a buscar el pequeño lagarto y el pequeño caracol, dicen que podrían ser los simbolos de los apodos de los maestros que construyeron el edificio entre 1649 y 1680.

Drew, la bostoniana enamorada de Palma, ¡y Llum!
En la misma acera podréis ver las Cases del Parlament y el Palau Reial que abren sus puertas una vez al año, en septiembre, cuando tiene lugar La Nit de l’Art. Me encanta esa noche, todas las galerías de arte abren sus puertas hasta la medianoche y el centro cobra mucha vida.
En una de las esquinas de Cort, bien conocida por el olivo de su centro, se encuentra uno de los edificios modernistas que os voy a mostrar, C’an Corbera, en su planta baja se instalaó una pastelería muy bonita llamada Fornet de la Socca.
Tras la catedral, entrando en el casco antiguo llegamos a los Baños Árabes, fechados en el siglo XI, las 12 columnas de la sala caliente se han permanecido como testigos de unos baños que, se cree, pertenecieron a los jardines de un noble musulmán. La entrada cuesta 3euros.
Las callecitas del centro histórico nos llevan a la plaza, iglesia y escuela de San Francisco. La iglesia fue contruida sobre una antigua mezquita y es la segunda más grande, después de la catedral.
Allí mismo se encuentra otro edificio modernista, la Caja de Ahorros, bonito, ¿verdad?
Tras la iglesia hay otra placita, la Plaça del Quadrado, allí de nuevo encontramos otra joyita modernista, C’an Barceló, fijaos en las ventanas y azulejos, me encanta. 
Cerca está la plaza de la Iglesia Santa Eulalia, construida en el año 900 fue bastante relevante ya que allí coronaron al rey Jaime II. 
Tras ella vamos a dar a la calle Can Sanç, donde está la emblemática Can Joan de s’Aigo, una chocolatería del año 1700 donde podréis degustar un chocolate “a la española”, o sea muy espeso, acompañado de un quarto o la típica ensaimada.
Aunque si os apetece más un helado, olvidaos de cucuruchos, allí os lo servirán en un vaso de cristal, ¿sabéis que fue aquí donde nacieron los primeros helados de la ciudad? El primero que elaboraron fue el de almendra, podréis ver la bomba con la que lo hacían.

Y hablando de dulces típicos y sus creadores, el señor Miquel de Sa Calatrava fue un adorable vecino de Palma que hacía los mejores cremadillos y ensaimadas de la ciudad en su horno de más de 500 años,al preguntarle el secreto él decía, “paz y ciencia, paciencia”. Los palmesanos somos muy afortunados de poder disfrutar su “dulce” legado de manos de sus hijos enLa vida dolçaque DEBÉIS visitar para degustar las maravillas creadas con las recetas del Sr. Miguel.

Otra delicia que no me canso de mirar es el Edificio del Águila, construido en 1908, está muy cerca de la Plaza Mayor. Esta plaza fue el cuartel general de la Inquisición y la llamaban la Casa Negra, en 1813 la construyeron y muchas tiendecitas se establecieron allí (poco a poco emigraron al Mercado del Olivar) y ahora hay mercadillos dependiendo de la época del año. 

Si os gusta la arquitectura modernista ya te habrás dado cuenta que este es tu post, una mezcla de medievo y modernismo.  Palma tiene algunos ejemplos fabulosos que os dejarán boquiabiertos, entre ellos encontraréis el Gran Hotel, para mí es la joya de la corona, del año 1903 se encuentra frente al Teatro Principal.

Gírate y verás el antiguo Forn Teatre (ahora también Fornet de la Soca) que luciendo muy cuqui ofrece al visitante muchas delicias típicas. 
Todo el centro de Palma es ideal para ir de compras, si es lo que os gusta. La calle de compras por excelencia, la 5ª Avenida palmesana, ha sido siempre Jaime III.

¿Sabéis que ha hecho que me enamore más, si cabe,  del lugar donde nací? Viajar, ver todos los continentes y cerciorarme de que soy MUY AFORTUNADA de vivir aquí; por eso he elegido el libro “Donde el corazón te lleve” de la italiana Susanna Tamaro, un bonito relato de una abuela a su nieta. En una carta le abre su corazón y le revela todos sus sentimientos más íntimos, historias familiares, pensamientos y heridas, para que el diálogo entre ellas se abra, encontrándose Olga ya al final de sus días.

Y a vosotros nómadas, ¿dónde os lleva vuestro corazón? El mío siempre regresa a mi isla, la que prometo mostraros a través de mis ojos en muchos más post, ahora ¡os dejo disfrutando de una buena ensaimada!

Salut i bon dia!

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