Desde el corazón de Europa nos saluda la bella Praga, capital de la República Checa y de la región llamada Bohemia.
Desde lo alto de una colina se muestra entre las nubes el Castillo de Praga que , no solo es un castillo, si no todo un complejo, como una pequeña aldea mágica. Una de sus calles más encantadoras es una cortita con casitas de colorines. Las habitaban los orfebres y alquimistas de la corte, allí buscaban el elíxir de la vida y convertir piedras en oro, por eso se llama el Callejón de Oro. Hoy en día son pequeñas tiendecitas. A ver si adivináis, queridos nómadas, quien vivió en el número 22, en la casita azul. Sí, Frank Kafka.
Dentro del complejo del castillo se levanta desde el siglo XIV su Gótica Catedral de San Vitus, majestuosa y preciosa.
Extramuros encontraréis edificios fascinantes, la verdad es que esta ciudad está llena de ellos, no me canso de verlos poblando sus calles.
Bajando la colina por unas largas escaleras y pasando por el Puente del Amor (que está lleno de candados) encontrareis el Muro de Lennon, que desde los 80 se rellenó con grafitis, inspirados en el cantante John Lennon, y trozos de canciones de los Beatles. Un muro con controversia que irritaba al gobernante comunista de esos años. Así que si deseáis dejar vuestra huella, ¡ahí está!
Y cerca de allí, cruzando el rio Moldava (o Vitavaen checo) os encontraréis el famoso Puente de Carlos, que deberéis cruzar dando un paseo, ya que tiene mucha vida, gente, artistas, y en sus lados hay figuras de bronze con historias, y algunas medio doradas ya, de tanto toqueteo, parece ser que da suerte tocarlas… pues nada, toquemos.
El puente nos lleva al Centro Histórico que es Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde 1992, por donde circulan calles llenas de vida y, por supuesto, más edificios bonitos, como la impresionante Iglesia de Nuestra Señora de Týn o el Ayuntamiento, situados en la plaza donde también se encuentra el Reloj Astronómico, el cual congrega multitudes para ver como salen las figuritas del reloj y montan su show, es muy cuqui.
Tuvimos la suerte de tener una guía estupenda que nos enseñó todos los secretos de esta bella ciudad. Jitka de Visit Prague The Guide, además de hablar muy bien español e inglés, es una gran conocedora de todas las historias del lugar y de la historia de la ciudad, no perdáis ocasión de contratarla. Nos llevó a ver una escultura muy curiosa que se encuentra en la Biblioteca Municipal de Praga, está hecha con libros y no tiene fin, mirad, a ver si sabéis lo que es. Me pareció sigular, y como me gustan tanto los libros, la inmortalicé para que la vierais… y adivinarais.
A las afueras de la ciudad hay pueblecitos llenos de encanto y lugares mágicos, en Panenský Týnec os encontraréis uno en particular que era un proyecto de iglesia, pero el señor de aquellas tierras se quedó sin dinero, y lo que ha llegado a nuestros días son estas bellas ruinas. Tuve la suerte de asistir a la boda de una buena amiga en ellas, me pareció muy auténtica y mágica.
En la historia de los países siempre encontramos algunos hechos tristes. En el pueblo de Lidice, podemos ver un homenaje a 82 niños que murieron gaseados en un camión. Hoy me gustaría incluirlo como recordatorio de lo que NUNCA debería volver a suceder.
Y continuando con la magia del país, nos encontramos con otro pueblecito que parece habitado por hadas, es Hrad Okor. Por él surca un pequeño riachuelo que nos lleva a las ruinas de un legendario castillo. En el bosque cercano, se creó hace unos años, un círculo de piedras donde se siente una energía muy mágica, tanto, que casi puedes ver volar a las ninfas y a las hechiceras danzar alrededor al fuego.
Yo os digo que entre la magia y el castillo sentí que en cualquier momento iban a aparecer tres dragones o algún lobo llamado Fantasma.
La protagonista de La marca de la lunade Amelia Noguera es una niña que nos relata como nació bajo una maldición, en Jaypur, donde su abuela le enseñó los secretos de la magia. La vida la llevó desde muy joven a Praga, donde vivió con sus padres adoptivos hasta la llegada de la guerra. Huyendo de ella, llega a España, donde será algo más que una simple visitante. Me gustó leerlo, entre otras cosas, porque me atraen las novelas que incluyen hechos históricos de la Segunda Guerra Mundial, pero esta ofrece además, una agradable narrativa combinando la magia venida de la India con la historia de Europa, aderezada con un gran toque de intriga.
Os hablé de Franz Kafka y su casita azul y no quería despedirme sin comentar uno de sus libros más famosos, La Metamorfosis. Esta novela corta, al contrario de la novela de ficción más extensa, fácil y entretenida de Amelia Noguera, puede resultarle a muchos un relato bastante abstracto. Da pie a varias interpretaciones, por su simbolismo y metáforas. Un hombre que se convierte en insecto, sus pensamientos, como lo ve la familia, son parte del proceso que experimenta. Un proceso no solo físico, si no también mental. Ahí os lo dejo, hoy tenéis dos grandes libros para elegir, ¡espero vuestras opiniones nómadas!
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