Vuelvo a Nueva York

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Una pandemia, fíjate, lo que nunca me hubiera imaginado, y sí, hemos pasado una larga temporada anclados en casa, en mi caso, en una isla. Mi último destino fuera del continente fue Nueva York y hoy 8 de Noviembre 2021 EEUU abre sus fronteras de nuevo, y aquí estoy, he aterrizado en uno de mis lugares favoritos.

Tras dejar la maleta en el hotel salgo a la calle, me emociono, grabo videos para Instagram, sí, hoy me lanzo a contar cosas sin filtros y con cara de cansada. 

En mi primer paseo admiro el Bowery Savings Bank Building, una estación de metro muy chula que antes era un banco.

Junto a la estación Grand Central está el One Vanderbilt, el chico nuevo del barrio, que vi construir y en estos meses han terminado, coronándolo con uno de los miradores más chulos, el Summit que con su suelo de cristal desafía al vértigo del nómada y sus vistas espectaculares nos llevan a los cuatro puntos cardinales de la Gran Manzana.

Camino por la 5ª, paso por la Biblioteca, doy una vuelta por Bryant Park, donde ya está instalado el mercadillo navideño y la pista de patinaje. Todo queda cerquita de mi “barrio”, pero estoy cansada, así que tras la primera toma de contacto me voy a dormir.

Por la mañana madrugo, sé por @a_nuevayork que los colores de otoño están en su zenit,  así que salgo en dirección a Central Park, de camino hago muchas fotos, son las horas tranquilas de la ciudad, frente al Rockefeller no hay nadie. 

Son las 7am y frente a la entrada del parque me encuentro la estatua de Diana Arbus (1923-1971) una célebre fotógrafa neoyorquina, creada por la artista inglesa Gillian Wearing. Con ella quiere destacar el hecho de que son pocas las mujeres que se ven representadas de esta manera. 

Llego a un lago, un puente, la luz, los árboles, los rascacielos asomando entre ellos, sus reflejos, yo extasiada. 

La zona para jugar ajedrez y a las damas. 

El Mall, mi zona favorita, con las estatuas de poetas, escritores y bardos como Shakespeare. 

La estatua dedicada a las Pioneras de los Derechos de las Mujeres, que dedico a mis compis de @lecturasenlatribu 

Me cruzo con corredores y paseadores de perros, todas las personas son muy amigables, me saludan, sonrío a todo bicho viviente. Yo, feliz. Me siento a leer un rato, quiero impregnarme del momento y del lugar. 

La fuente Bethesda vacía, y los bellos mosaicos escondidos bajo las escaleras.

Y el lago, sus reflejos, esos colores… sigo absorbiendo. 

El Bow Bridge, puente protagonista de novelas y películas, posa para mí.

Hace un día tan maravilloso y con tan buena temperatura que me aventuro hasta el Jardín de Shakespeare con su gran variedad de plantas emulando la campiña británica y algunas citas del bardo y subo al Castillo Belvedere, que se encuentra en el punto más elevado del parque desde 1869. 

Me quedo en el Upper West Side, busco localizaciones de películas, y voy a dar con unas fantásticas decoraciones otoñales en las escalinatas de las casas llamadas “brownstones” por el color marrón de sus ladrillos.

Barney Greengrass es una tienda de delicatessen que abrió sus puertas en 1908 y en 1929 se trasladó a Ámsterdam Av., a Barney le conocen por el “Rey del Esturión”. Ahora es también restaurante visitado por muchas celebrities

Cafe Lalo, lugar de encuentro de Meg Ryan y Tom Hanks en “Tienes un email”, cerrado por reformas (la ciudad no está del todo activa todavía)

Cafe Luxembourg otro lugar escenario de “Cuando Harry encontró a Sally” 

No podía faltar la opción neoyorquina de la famosa librería parisina “Shakespeare & Co”, una está en el oeste y la otra en el este de la parte alta del parque. 

Hoy soy “una señora del Upper East Side”. Llego a la calle 169, E 71 St. donde está el apartamento de Holly Golightly, escenario de una de mis películas clásicas favoritas, “Desayuno con diamantes”

Me meto en el metro, por fin no hace falta comprar travelcard, basta con mi tarjeta de crédito, la paso por el lector, y salgo junto al Flatiron, que está en obras. Junto a él, recordareis que está Fish Eddie una tienda muy chula de tazas, sí, la favorita de Bianca @solaennuevayork y Sol @lasclavesdesol. Yo, muy solidaria, entro por ellas, y salgo con una taza, claro. 

Allí mismo está la librería independiente más antigua de NY, la “Strand” si pusieran todos sus libros juntos en fila ocuparían unos 24 km. Me recreo y salgo con una tote y un libro. Tazas y totes me parecen los mejores souvenirs, los uso mucho y rememoran mis visitas. 

De camino al hotel Chelsea (en obras), me encuentro este Kobra @kobrastreetart, seguro que lo recordáis de otros post, el famoso muralista brasileño que me flipa, la verdad. 

Este edificio que parece una iglesia es la biblioteca Jefferson Market, hoy está cerrada también por obras, así que tendré que dejar la visita para otra ocasión. 

Está junto al Village así que voy a aprovechar para comer en el tailandés de siempre Tue Thai (ahí sigue). Menú por 12$, ideal. 

Allí, en el West Village, está una de las teterías más bonitas que he visto, “Paquita” un nombre muy español, en honor a la abuela filipino-española de la dueña. 

Y en el parque Washington Square unos chicos se dedican a escribir poemas… ¿qué os parece? 

Se me ocurre un plan divertido con Isabel, vamos al parque de bomberos de los “Cazafantasmas” ¡sí! ese mismo, jaja. 14 N Moore St. 

Y como estamos relativamente cerca de la Zona 0 vamos también a ver el parque “engine 10” el más cercano a las torres, el que primero respondió a la emergencia y el que tiene un mural de bronce homenajeando a los 343 bomberos que perecieron ese día. 

La alegría de volver a NY se merece hablaros del descubrimiento de Douglas Kennedy y su libro “En busca de la felicidad”, una historia de amor magistralmente narrada en un Nueva York  que va desde el fin de la Segunda Guerra Mundial hasta nuestros días. Una maravilla de prosa con unos giros inesperados que me tuvo seducida hasta el final.

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Mis viajes alrededor del mundo siempre acompañados de un buen libro. My travels around the world always accompanied by a good book.