El 4 de julio de 1776 se firmó la Declaración de Independencia en el Independence Hall (antes llamado Pennsilvanya State House) en la ciudad de Filadelfia, ello supuso el nacimiento de una nueva nación, los EEUU.
Su entrada es gratuita, podéis ir antes al Visitor Centre, en la calle 6, a recoger la entrada para que os asignen un tour. Sin ella también podréis entrar pero solamente os enseñaran la sala del Congreso.
Este es un país muy joven y da mucha importancia a sus símbolos. Uno de los más importantes esta frente al Independence Hall, la Liberty Bell, la campana de la libertad, que convocó el 8 de julio a los ciudadanos a la lectura de la Declaración de Independencia.
En la siguiente calle a la derecha está el cementerio donde está enterrado Benjamin Franklin, uno de los Padres Fundadores. Podréis ver una placa en la pared y su tumba está llena de monedas.
Unos metros más allá en la misma calle Arch y por $5 visito la casa de Betsy Ross, una mujer adelantada a su tiempo con quien Franklin habló para hacerle un importante encargo.
Le pidió que cosiera la primera bandera del nuevo país, representando cada uno de los 13 estados con una estrella. Ella sugirió una estrella de cinco puntas, pues era más fácil de coser.
La cosió en secreto en su habitación, ya que por aquel entonces estaban bajo el reinado británico y hubiera sido considerado traición.
La podréis “conocer” y os enseñará como hacía las estrellas.
Esta ciudad fue la primera capital de la nueva nación, y Elfreth’s Alley es una calle residencial que ha llegado a nuestros días tal y como era entonces.
Sus viviendas se construyeron en 1702 y en 1934 sus vecinos formaron una asociación para preservarla.
Veréis que todo queda cerquita, así que caminando lleguo al rio Delaware y al puente Ben Franklin que cruza hasta el estado de Nueva Jersey.
Ya de regreso paso por lo que queda de la casa donde Thomas Jefferson escribió la Declaración de Independencia en 1776, la llaman la “Declaration House” que está en la calle paralela a la Campana de la Libertad.
En el centro de la ciudad se encuentra el ayuntamiento más grande del país, tiene una torre desde donde se puede ver Filadelfia al completo en un día claro.
Os animo a subir, las vistas 360º son fantásticas.
Encima de la torre, coronando el edificio está William Penn, el fundador del estado de Pensilvania y el que le puso nombre a Filadelfia. La llamó “ciudad del amor fraternal” (philos amor, adelphos hermano) al fundarla en 1682.
Junto al City Hall (Ayuntamiento) está, desde 1873, el Templo Masónico. Los masones son una parte muy importante de la historia de este país.
En frente veréis dos estatuas gigantes de dos de sus importantes miembros que además fueron Padres Fundadores, George Washington, el Primer Presidente de EEUU y Benjamin Franklin, el ciudadano más famoso de esta ciudad y quien se ganó el título de “Primer Americano”. La estatua representa a Washington entregando el “delantal masón” a Franklin.
Allí cerquita, está el Parque del Amor, apodado así por la escultura de Robert Indiana que lee love.
Desde esta plaza sale la calle que enlaza a la gran avenida Benjamin Franklin Parkway, por la que corría Rocky Balboa en la película de los 70, que seguro que todos conocéis.
Al final de esta avenida está el Museo de Arte de Pensilvania y las famosas escaleras que subió el boxeador y que incluso llevan su nombre, las Rocky Steps.
A la derecha del museo podréis ver su estatua.
Yo llegué al museo por la parte trasera, dando un paseo al atardecer junto al rio.
Desde el museo fui caminando por la avenida donde pude ver muchos de los grandes edificios de la ciudad, como la catedral de San Pedro y Pablo.
Mientras caminaba por las calles de Filadelfia me acordé de la canción de Bruce Springsteen que ponía la banda sonora a la película de Tom Hanks. Hay una serie en HBO llamada John Adams, que fue uno de los Padres Fundadores y Segundo Presidente de los EEUU. Nos cuenta como la semilla de la independencia se engendró en Boston y germinó en Filadelfia, os aconsejo verla antes de visitar esta ciudad y así, creo yo, la disfrutaréis más.
En el centro, en la calle Walnut, descubrí una cafetería-librería que se convirtió en mi nuevo sitio favorito para ir a desayunar y empezar el día con alegría. Después de la pandemia cerró pero con intención de abrir otra en otra localización.
El lugar se llama Shakespeare & Co, para una filóloga como yo ese nombre suena a gloria. Es una sucursal de una de las librerías más famosas del mundo que se encuentra en París, os suena ¿verdad?
Allí releía junto a mi chocolate caliente un libro muy apropiado para el lugar, Hamlet de William Shakespeare. Una obra de teatro sobre venganza, donde el trono de Dinamarca es usurpado por el hermano del rey quien muere envenenado. Su fantasma le pide a su hijo, el príncipe Hamlet, que le vengue. Él empieza a tener un comportamiento errático, lleno de dudas. Ofelia, a quien cortejaba se enfrenta a él, discuten, ella entra en un estado de desesperanza y locura. Mientras, Dinamarca está a punto de entrar en guerra con Noruega, el nuevo rey, que ahora está casado con la reina viuda, manda espiar a Hamlet, que sigue teniendo dudas de si las palabras del fantasma son verdad. Una obra escrita con la brillantez de la pluma su autor que os animo a leer y descubrir el trágico final.