Orvieto. Italia.

Durante mi experiencia romana aprendiendo italiano la Scuola Leonardo organizaba salidas no solo por la ciudad sino también fuera de ella y hoy os voy a contar la que hicimos a la preciosa Orvieto.

El grupo de estudiantes y la bella Marta nos reunimos en Termini para tomar el tren, algunos compraron los billetes en la máquina otros lo hicimos online, os aconsejo llevar siempre el documento de identidad porque en todas las ocasiones que viajé en tren me lo pidieron. 

Llegamos tras algo más de 2 horas y nos encontramos el cielo azul y un día espectacular. Tomamos un pequeño funicular que nos sube a la entrada del pueblo, donde mis compis de clase posaron para mi. 

Orvieto pertenece a Terni (Umbría), es una ciudad medieval construida sobre una colina de toba volcánica y una posición muy estratégica, bajo ella existe otra ciudad llena de pozos, cavernas y galerías. Para evitar quedarse sin agua durante los asedios hace siglos construyeron pozos como el que vamos a visitar. 

El Pozzo di San Patrizio fue construido entre 1527 y 1537 por encargo del papa Clemente VII y cuenta con 248 que bajamos por supuesto. Eran tan listos que la escalera de bajada y la de subida estaban entrelazadas de tal manera que las personas y animales no se encontraran ni se obstaculizaban por el camino, vaya obra de ingeniería, me parece impresionante. 

Recordáis que os hablé de los etruscos y la sociedad igualitaria que tenían. Aquí también estuvieron establecidos, alcanzaron su esplendor entre los siglos VI y IV AC y prueba de ello es el templo Belvedere dedicado a una de sus divinidades. Tenemos la suerte de ser acompañados por el fundador de la scuola Pier Alberto que nos cuenta la historia de este lugar.

Desde allí caminamos por esas callecitas tan bonitas, con flores, tiendecitas artesanales, hasta el centro de la ciudad donde encontramos la Torre del Moro, subir cuesta €3,80, pero como somos un grupo nos cuesta €3 y por supuesto, 240 escalones. Las vistas son magníficas.

Paramos para comer en un lugar muy local a comer antes de dirigirnos a a ver la joya de la corona. Su monumento más emblemático es su catedral gótica, el Duomo, que se halla en la Piazza Duomo. Su exterior es precioso, blanca, negra, con incrustaciones doradas, me dio que pensar que si la de Palma las tuviera probablemente no durarían mucho por la cercanía del mar. 

Su interior es más espectacular todavía, con esos frescos y colores, maravillosa. 

Antes de regresar desde un mirador podemos ver como esta ciudad está construida dentro de la roca y comprobar su posición tan estratégica. Esta tierra es también lugar de buenos vinos.


En compañía de un buen caldo o en mi caso de un té os recomiendo un libro que inicia entre Florencia y Ferrara en el norte de Italia en el siglo XVI, entre castillos medievales. Leo “El Retrato de casada” de Maggie O’Farrell mientras escribo este post y no puedo dejar de imaginarme a Lucrezia la hija pequeña del Duque Cosimo di Medici, cuando al morir su hermana María, destinada a casarse con el Duque de Ferrara, ve su tranquila existencia entre las paredes del palacio de su padre amenazada, cuando es ella a quien eligen para casarse con dicho duque. Un retrato de la que fue la vida de esta niña con dotes de pintora y su descubrimiento de quién es realmente su esposo, ¿un encantador marido o un tirano?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Mis viajes alrededor del mundo siempre acompañados de un buen libro. My travels around the world always accompanied by a good book.