He cambiado el horario de clases de italiano y también de medio de transporte, me he cansado un poco de ese bus atiborrado que me dejaba detrás de mi casa, ahora voy en metro hasta Ottaviano y camino hacia la parte trasera del Castel Sant’Angelo, junto a él a la vera del Tíber está Biblio Bar, café con libros con vistas al río y al castillo, ideal. A mi regreso ya de noche, a veces me deleito con la música de un chelo al que una señora hace sonar.
Una mañana cruzo el puente Umberto I, que me lleva directa al Palazzo Primoli que llevaba un par de años cerrado y alberga el Museo Mario Praz 1896-1982, coleccionista de arte, historiador, periodista, profesor, traductor y escritor; podemos encontrar su biblioteca y sus colecciones en este palazzo donde vivió.
Muy cerca se encuentra la Antica Libreria Cascianelli que visité cuando vine a Roma con mi mami hace muchas lunas. Ese día la encontramos cerrada, pero hoy se abre cual cofre del tesoro, llena de libros antiguos por todas partes, habitaciones que se entrelazan y se abren llenas de cachivaches. Creo que me quiero quedar a vivir aquí.
Mi amigo Marco está pasando su cumpleaños en la ciudad y quedamos, le tengo preparada una sorpresa de colorinchis, que le encantan, vamos a la Iglesia Maria della Pace, junto a ella está su claustro, Chiostro di Bramante, centro de exhibiciones de arte, escaleras de colorines para subir a su café y una sala maravillosa al estilo Capilla Sixtina moderna y también llena de colores, para muestra…
El Arco dei Banchi es muy popular en las redes.
El Passetto del Biscione es un pasadizo casi destruido que fue repintado y revitalizado, ahora luce así.
El rincón medieval Arco degli Acetari está algo más escondido, me gusta pasar por allí cuando voy a clase, sale un gatito vecino a saludar y es un lugar muy tranquilo.
Otra de las visitas que me quedan de camino es la iglesia alemana Santa Maria dell’Anima, situada tras la grandiosa Piazza Navona y su interior es espectacular.
La pequeña librería Tara queda cerca de la librería Spazio Sette, una de las más bonitas de la ciudad, sus techos cubiertos de frescos le dan un toque de distinción. En el primer piso tienen un café donde a veces voy a hacer deberes o a leer junto a la gatita residente, goza además de algunas salas con bellos soffitti donde asistí en una ocasión a una presentación de un libro con mi profesora Valentina y mi compañero de clase Felipe.
Queda a unos pasos de Largo Argentina, plaza famosa por su colonia de gatos y lugar donde apuñalaron a Julio César, que seguro que recordáis. El Ghetto judío, el Portico d’Ottavia, Teatro di Marcello, son algunos de los lugares por los que me encanta pasar, muchas veces.
El Foro de Trajano y Nerva, el Mercado y la Columna Trajana, mi balcón favorito entre los Museos Capitolinos también son mis lugares de culto, y si voy con mi amiga Silvia que ha aparecido por sorpresa, el día ya es inmejorable. Primero vamos a probar el maritozzo, dulce típico cubierto de nata de la famosa pastelería Regoli que los sirve desde 1016.
En nuestro paseo matutino pasamos por una iglesia sin turistas y que esconde un secreto. En la primera planta baja de San Silvestro e Martino habitan muchísimos belenes de todas las partes del mundo, y si seguimos bajando, sus entresijos nos muestran unos antiguos y enormes baños termales, que luego fueron un mercado romano y un lugar de culto cristiano. Por supuesto, pasar a ver el guapo Moisés de Michelangelo en San Pietro in Vincoli, también es parte de nuestro plan.
Visité la iglesia Santa Maria in Via buscando un milagro, sí, en ella se puede beber agua milagrosa, cuenta la leyenda que durante una inundación lo único que flotó fue el cuadro de la virgen. Tienen unos vasitos junto a un grifo que va directamente al pozo subterráneo.
Frente a ella se encuentra la preciosa y elegante galería comercial Alberto Sordi.
Otra de las visitas sorpresa que tuve fue la de Rosalía, así que juntas fuimos a explorar el restaurante vegano Rifugio Romano, nos gustó mucho. Queda cerca de Termini, así que dimos un paseo por algunas iglesias/ruinas que rodean el lugar.
Una de las últimas mañanas que pasaba en Roma pasé por la heladería más antigua de la ciudad, la cual desde 1890 Giolitti endulza los descansos al viajero.
Y creo que la tienda Apple en Via del Corso es digna de mención, por su localización, dentro de un palazzo de lo más bonito, junto a un patio interior que bien vale la visita.
Acabo mis paseos con una librería cercana a la scuola, Altroquando es un espacio alternativo y con un pub en su subterráneo.
El libro elegido hoy no puede ser otro que los Paseos por Roma de Stendhal, escritor francés enamorado de Italia, el cual describe la belleza y la vida de la Roma de entonces su pasión por ella que no dejan al lector ni al visitante indiferente, al igual que a día de hoy, la “Ciudad Eterna” nos deja sin palabras.