El gran pequeño Singapur.

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Que poco he escrito sobre este pequeño lugar que me ha acogido en tantas ocasiones. Es hora de descubrir algunos de sus rincones en vuestra compañía.

He quedado con Ian en la parada del bus en la calle Orchard, nos vamos de excursión al TreeTop Walk, sí, en este calor, valdrá la pena ya veréis. Tomamos el bus 132 hasta Flame Tree Pk (para el que solo necesitas el “toque” de tu tarjeta para pagar) nos adentramos en este verde y húmedo parque y disfrutamos de caminar por sus senderos.

¿Qué vemos? ¡monos! que alegría, en su medio, libres, tranquilos, y así los vamos a observar, sin molestarlos. Hay una mami con un bebé y son adorables.

Continuamos abrazando árboles, caminando descalzos para “tomar tierra” (hay que aprovechar cada oportunidad) y llegamos al puente colgante. 

Al dirigirnos al gran lago, MacRitchie Reservoir, nos volvemos a encontrar a dos armadillos enzarzados, llevan más de una hora juntos, parece que es un ritual de apareamiento, uno muerde al otro, cuán curiosa es la naturaleza. 

Estamos hambrientos tras la caminata y Lau Pa Sat en calle Satay es siempre una buena idea. Este gran mercado cubierto está lleno de puestos de comida para todos los gustos, veganos incluidos.

Por la mañana voy a dar un paseo por ChinaTown, entre sus templos y murales serpentean callecitas con cafés y restaurantes donde apetece un refresco. Algunos de sus murales tienen tanto detalle, representan escenas diarias, como un vendedor ambulante o un teatro chino. Os invito a encontrarlos porque son preciosos. 

Algunos de sus templos son, el budista la Reliquia del Diente de Buda, al que rodea un agradable mercadito, o el hinduista Sri Mariamman, el cual hace poco ha sido reformado y sus colores brillantes alumbran a quien entra. También está el templo taoista Thian Hock Keng donde adoran a la diosa del Mar de la China, Mazu. 

Para alguien a quien no le gustan las compras, en una ciudad llena de centros comerciales, tiendas en calles más “locales” como Bugis, encontrar un café librería donde esconderse de todo ello es un placer. La librería café The Zall está cerca de Orchard Road y sus estanterías de curvas sinuosas, tacitas elegantes y café exterior me ofrecen un refugio del calor entre libros.

El Yoga Movement ofrece clases de varios niveles donde siempre me siento muy bien recibida. A unas calles está la Biblioteca Nacional Lee Kong Chian a la que en alguna ocasión me he escapado a leer un rato o a disfrutar de las vistas del último piso.

En la misma calle está el mítico, blanco y sofisticado hotel de lujo Raffles desde 1887, donde tomar el té de la tarde es un placer.

El Fort Canning Park es uno de los parques de la ciudad, está cerca de la zona universitaria y del Museo Nacional, si por él te pierdes encuentras árboles milenarios, el jardín balinés Sang Nila Utama donde sentarse a leer, o en caso de Ana, hacer yoga, o fuentes misteriosas con aguas relajantes (Pancur Larangan), la famosa escalera de caracol que vemos en Instagram o un jardín de especias que a mi madre le encantaría tener. 

Justo detrás del gran edificio blanco que se encuentra en el parque descubrí unas navidades Le Jardin, un café encantador, la decoración es bellísima, así que voy de vez en cuando a disfrutar de una infusión en alguna de sus bellas tacita,y un libro, claro. 

Al salir del parque se encuentra Old Hill Police Station, un edificio histórico de 1934, antigua estación de policía, un tanto característico por sus 900 persianas multicolores.

Junto al Río Singapur está Clark Quay, recuerdo las primeras veces que visité esta ciudad, solía venir a menudo, alguna vez para cenar con una amiga, otra para ver el ambiente, recuerdo un bar llamado Hospital (que creo que ahora es un cubano) que tenía el mobiliario, camas y demás enseres de un hospital antiguo, que pena que lo cerraran. Saliendo de la zona de bullicio una noche me senté junto a Dora en un columpio a charlar sobre la vida y sobre libros.

Cruzando el blanco puente Anderson pasamos por una zona más tranquila y de grandes edificios como el Victoria Concert Hall, el Singapore Cricket Club, the Arts House at the Old Parliament, National Gallery o el National Museum of Singapore. 

Terminando hoy el post he finalizado “La Princesa de Clèves” de Madame de Lafayette, que he leído siguiendo la iniciativa #enerofrancés de una bookstagramer que sigo en Instagram. Un clásico publicado en 1678 que nos sumerge en las intrigas y amoríos de la corte francesa de Francisco I, a la vez que nos regala el perfil íntimo de la señora Clèves, sus sentimientos, pasiones y sentido del decoro. 

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Mis viajes alrededor del mundo siempre acompañados de un buen libro. My travels around the world always accompanied by a good book.