El emirato de Kuwait.

Kuwait, cuya etimología en árabe es  el diminutivo de “fortaleza”, se encuentra situado en pleno Golfo Pérsico, por ello sus temperaturas en verano son bastante altas. De las veces que lo he visitado debo decir que en diciembre fue cuando más me aventuré, me pareció el mes ideal para pasear por esta ciudad, sin derretirme.

Kuwait es uno de los países más ricos del mundo, sentadito está encima de mucho petróleo. Los que tenéis mi edad lo recordaréis también por su implicación en la Guerra del Golfo, recuerdo que cuando Sadam se retiró quemó muchísimos pozos de petróleo, imaginad la implicación ecológica.

Hoy en día solo quedan unas pocas ruinas de lo que sucedió en aquellos días, donde todos andábamos un poco asustados. Las conservan como recordatorio de algo que no debe volver pasar.

El resto de la ciudad es moderna con algún toque tradicional. Salí a pasear por ella sin internet, pero habiendo marcado mi ruta en el mapa como os contaba en mi post “Trucos del bueno nómada, parte 1”.

De entre los rascacielos me dirigí a uno que me llamó bastante la atención por su forma, la torre Al Hamra que es la más alta de Kuwait, y parece ser que la torre esculpida más alta del mundo.

Por el camino iba viendo perfiles de la ciudad iluminados por el brillante sol, algunos con formas muy singulares. Los arquitectos en Oriente Medio se lucen con sus creaciones.

La Torre de la Liberación también me saludó a mi paso.

Seguí caminando y llegué a la Grand Mezquita, que queda en el paseo marítimo junto al mar y, para mi pena estaba cerrada, así que no pude ver su interior que según dicen es precioso.

Junto a ella hay un pequeño parque decorado con una bonita y moderna fuente.

En aquella zona se pueden encontrar ministerios o bibliotecas de poesía arábiga como la Al-Babtain Library for Arabic Poetry, que también desgraciadamente estaba cerrada.

También hay bancos como el impresionante Banco Central de Kuwait. Apuesto a que sus vistas desde las alturas son magníficas.

Paseando junto al mar dejando a un lado esos grandes rascacielos, llegué a la Lonja de los Pescadores, un gran mercado que ya estaba recogiendo tras las ventas del día.

Sus barcos de pesca y sus dhow, embarcación típica de la que ya os hablé en mi post sobre Omán, están amarradas justo al lado.

La temperatura era maravillosa, seguí caminando por el paseo marítimo hasta llegar a un embarcadero.

Allí me adentré tras saludar a unos gatos kuwaitíes. Caminar hasta el centro del mar, donde el azote del viento se nota más, girarme y ver la ciudad fue una parte que me gustó mucho de mi paseo.

El sol estaba ya muy bajo cuando llegué al Souk Sharq, un centro comercial con un puerto protegido del mar.

A pocos minutos de allí están las famosas Torres de Kuwait. Tres torres construidas en 1977, una es giratoria y brilla en la oscuridad, es un efecto muy chulo. En la otra hay un mirador.

Se han convertido en un símbolo del Kuwait moderno. Durante la Guerra del Golfo Saddam Hussein pretendía demolerlas, por suerte solo se dañaron un poco.

Ya había oscurecido, así que me dirigí de nuevo al hotel, por suerte tenía la ruta marcada en el mapa del teléfono porque pasé por una zona en construcción y no sé cómo hubiera salido de allí.

Antes de llegar a esa tierra de nadie vi una especie de exposición o más bien quedada, de coches antiguos, como de los años 50 y 60 diría yo.

En otra ocasión que visité esta ciudad en un mes más caluroso fui al puerto a desayunar con un amigo mío. Las muestras de cariño entre hombre y mujer no están muy bien vistas en la calle, con lo cual los saludos se ciñen a un simple ¡hola! Entre hombres sí se dan sendos besos.

Más tarde me invitó a entrenar en su box de Crossfit. Las chicas locales más tradicionales lo hacen en una sala aparte donde no se permite entrar a los chicos, así que entrené con ellas. Me contaron que pueden entrenar con los hombres, pero tienen que ponerse el pañuelo y claro, molesta bastante.

En este país impera la Ley Seca, con lo cual el alcohol está prohibido; si vais a cenar o comer y pedís algún tipo de zumo os lo traerán cargadísimo de azúcar, porque eso sí les encanta, a montones.

Hoy os traigo uno de los primeros libros de una de mis escritoras favoritas, Julia Navarro y su  “La Biblia de Barro”. Novela llena de misterio, intriga y terror, que empieza con cuatro amigos que se reúnen casi al final de sus vidas para asesinar a Tannenberg, al que llevan toda la vida buscando, y al que acaban de localizar gracias a un congreso en Roma, donde su nieta acaba de sacar a la luz la “biblia de barro”, el que sería un importante hallazgo tanto arqueológico como religioso . Tannenberg vive ahora en un Irak a punto de ser invadido por Bush. ¿Quiénes son estas cuatro personas y cual es la razón por la que contratan a alguien para borrar de la faz de la tierra a este hombre de su pasado? ¿Quién es en realidad Tannenberg y qué hizo? ¿Excavarán para encontrar esa verdad que lleva 3000 años esperando ver la luz y que se encuentra en el desierto iraquí? Asesinatos, hombres poderosos, traficantes de arte, hombres de oscuro pasado, ancianos con sed de venganza, todo ello entrelazado en una narrativa entretenida e intrigante.

 

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3 respuestas

  1. Hola hola, nosotros todavía de vacaciones y en mi tiempo libre acabando un libro de Víctor GONZALEZ que pronto verá La Luz porque escribe muy bien y luego no sé si podré acabar el otro, haré lo que pueda porque estamos de Vacaciones👋👋👋👋👋👋qué bien!!!!
    Me encanta tu Blog. He de ponerme al día pero vivobtodo lo que leo, lo explicas muy bien. Un abrazo agrande.
    Carlos

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Mis viajes alrededor del mundo siempre acompañados de un buen libro. My travels around the world always accompanied by a good book.