Spoleto, un tesoro sin prisas en el corazón de Italia.

Amanezco un sábado más en Roma con un nuevo plan, nos vamos de excursión con la scuola, volvemos a la estación de trenes de Termini y tras una hora y media de tren llegamos a Spoleto.

Spoleto es una pequeña ciudad que pertenece a la provincia de Perugia (la región de Umbría) ubicada en las faldas de los Apeninos, y según Cicerón, existe desde el año 214 AC. El lugar también es conocido porque aquí se celebra desde 1958 el Festival de los Dos Mundos, cita con la danza, el teatro y la música.

Nos recibe una gran escultura de Alexander Calder y árboles teñidos de otoño.

Deambulando entre sus callecitas encontramos la placa que reza que allí vivió el poeta y filósofo italiano Giacomo Leopardi (1852).

Igual que Orvieto este pueblecito es muy medieval y sus callecitas son encantadoras para pasear por ellas. En una de sus plazas hallamos el Teatro Nuovo. 

Empezamos a subir la montaña para ver una de las dos visitas obligadas del lugar. Por el camino nos encontramos el Ponte delle Torri, construido en los siglos XIII o XIV, no se sabe seguro, el cual no podemos visitar ya que un terremoto lo dañó y no es seguro. 

En la cima se erige una grandiosa fortaleza, la Rocca Albornoziana, un castillo que domina la ciudad y fue construido entre 1363 y 1367 bajo las órdenes de un cardenal español Egidio Albornoz. 

Su patio de armas es espectacular. Desde 2007 es el Museo Nacional del Ducado de Spoleto y dentro del palacio y su patio podemos disfrutar de obras de arte. 

En el segundo piso desde los grandes balcones que dan al patio y a través de sus grandes ventanales disfrutamos de las vistas de Spoleto.

De regreso al centro de la ciudad, el Duomo di Spoleto nos espera, su primera sala está plagada de color gracias a los frescos de Filippo Lippi.

La nave principal y el resto de las capillas no nos decepcionan, una de ellas guarda un secreto en forma de reliquia, el primer poema italiano, una carta escrita por San Francisco de Asís de su puño y letra conservada en la penumbra para que los simples mortales la descubramos. 

Tras probar la cocina local en el restaurante Panciolle habitado por un par de gatos muy simpáticos regresamos. 

Nota Literaria

Por el camino andaba yo leyendo La pequeña librería de Stefan Zweig escrito por Francisco Uría. Narra la historia de Ramón y un encuentro que le dejará una huella imborrable, cuando en 1936 atraca en Vigo el barco que llevaba a las Américas al escritor austríaco y autor del «El mundo de ayer», Stefan Zweig. El escritor desembarca para estirar las piernas y hace una parada en la pequeña librería donde trabaja Ramón, allí hablan de literatura, de su amor por los libros, de la España tras la guerra, del riesgo que corre Ramón por hacer llegar a sus lectores libros ahora prohibidos. Un abracito de libro donde los libros y los recuerdos juegan un papel esencial.

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Mis viajes alrededor del mundo siempre acompañados de un buen libro. My travels around the world always accompanied by a good book.