Palma, pequeña y divina.


Escribí uno de mis primeros post sobre la ciudad que me vio nacer cuando creé este blog, de hecho lo publiqué el día 2 de abril, mi cumpleaños. Lo he ido actualizando ya que no quería dejar nada bonito sin contar, pero se alargaba, así que he creado este otro donde encontrareis un batiburrillo de lugares sobre Palma.

Empezaré por el barrio de Santa Catalina; nació cuando los pescadores se fueron instalando allí porque, al regresar del mar entrada la noche, se encontraban con las puertas de la ciudad cerradas. Hoy en día está lleno de bares y restaurantes, entre ellos existe otra muestra de arquitectura modernista, el Bar Cuba, muy popular para esas noches de sábado, al igual que Habana bar.

Lo más divertido del mercado de Santa Catalina es que podéis comprar algo para comer y en el bar de la esquina, ¡os lo cocinan!, mientras podéis tomar un vinito o alguna tapita, se crea un ambientillo muy divertido.

En la calle San Magín está su iglesia que es un punto de referencia en el barrio.

Os animo a explorar sus callecitas, su variedad de restaurantes y bares para salir de fiesta o tomar un romántico té. Como el restaurante Patrón Lunares, recomendación de mi amiga Lourdes. O si os gusta la comida india Jonny’s Dhaba Indian restaurant es una buena opción, me encanta su selección vegetariana.

Como veis he pensado que os voy a incluir algunos restaurantes que me gustan, sabéis que no soy una foodie, por eso cuando descubro algún restaurante bonito y con comida rica y vegana o vegetariana lo guardo en google maps. C’an Ela es un delicioso vegano chiquitín que está en la calle del Mar en el barrio de la Lonja. La Mujer de Verde es otro lugar donde nos tratan muy bien y ofrecen un delicioso menú vegano y, si se portan bien, reciben a nuestros pequeños peludos encantados, está en la plaza Porta de Santa Catalina, junto al museo de arte Es Baluard, el cual tiene una terraza muy chula desde la que podéis ver el puerto.  

Esos viejos negocios que llevan toda la vida allí me parecen muy románticos, con esas señales originales, como la bombonería “La Pajarita” fundada en 1872 se convirtió en una tienda donde se vendían productos nunca vistos en la isla, delicatessen como el Möet Chandon. 

O la Mimbreria Vidal desde 1955 donde venden la tan típica cesta. 

El Convento de Santa Clara detrás de la catedral suministra dulces y pan a quien quiera adquirir estas delicias hechas a mano por estas monjitas de clausura. En navidades son muy populares, aunque venden su artesanía todo el año. 

La librería Literanta asoma por estas callecitas centenarias provocándonos con sus estantes llenos de letras. Y la Biblioteca de Babel, nos ofrece la posibilidad de tomar un té o una copa de vino, mientras compramos o leemos el libro elegido. 

El año pasado en enero mis amigos Rob y Mani pasaron un par de días en Palma, era su primera vez y puedo decir que se enamoraron. Se quedaron en Palma Suites, un bonito boutique hotel donde desayunamos antes de salir a explorar. 

Para comer fuimos al restaurante El Camino, de tapas en barra, en el que curiosamente ha estado Nicole Kidman estos días que ha estado rodando en la isla con Zoe Saldana. 

Durante la pandemia, cuando la ciudad estaba casi desierta me dediqué a explorar algunos pequeños hoteles que han proliferado en el casco antiguo, uno era antes una fábrica de hilos Fil Suites, otro, el Hotel Basílica, un almacén de no recuerdo qué, otro, el Hotel Singular, un palacete; todos han quedado preciosos, y me encanta como mantienen algunos de sus detalles e incluso las fotografías de la primera dueña del lugar, como en el caso del bonito Hotel Palma Antigua

Otros negocios como Zara en Passeig des Born o Rialto Living se han establecido en lo que solían ser cines. Recomiendo totalmente echar un vistazo a Rialto Living, también hay una cafetería dentro del impresionante edificio. 

Tras la pandemia mi madre y yo iniciamos una tradición, probar restaurantes, viajar a través del paladar en nuestra ciudad. Nos encanta ir al mercado del Olivar, nos tomamos un súper zumo recién exprimido o comemos ricamente en la zona donde venden el pescado en cuyo alrededor hay bares y restaurantes de tapas. Después nos vamos al emblemático Cappuccino de la calle San Miguel a tomar el postre.

O a la panadería S’Estació con su suelo de cristal donde se puede ver a los pasteleros en acción, decoración antigua y música suave de los años 40, a mi madre le encanta. 

Otra de nuestras rutinas de domingo es llevar a las perritas a la única playa perruna de la ciudad, es Carnatge, para que Bella corra lo nunca visto y haga amigas, Elsa descubra el mar y Daisy la abuelita pasee tranquilita. 

Si continuamos caminando o en bici hacia el sur por el paseo que recorre toda la bahía de Palma, llegamos a Cala Estancia donde está abierto toda la temporada estival mi surf bar favorito, el Mai Mai. 

Aquí no nos faltan castillos ni palacios, somos tan cool que tenemos uno redondito en medio del bosque de una montaña, que es además el pulmón de Palma. El Castillo de Bellver, fortificación gótica circular desde donde se disfruta la vista de toda la bahía.

Hoy te traigo una novela de una autora mallorquina de Palma, Lourdes Verger y su obra Casi Viva. ¿Te gustan las historias reales? Sarah da voz a la suya; desde sus 82 años y su ácido y sarcástico sentido del humor nos detalla como el “sistema” la interna de asilo en asilo de los que ella se las ingenia para escapar, mientras está a la espera de un piso tutelado.
Dura, entrañable y divertida historia que da un bofetón al sistema de mayores y a la atención, o falta de ella, que les profesamos.

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4 respuestas

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