Nashville, algo más que música.

La pequeña ciudad de Nashville, la llamada ciudad de la música de la que ya os hablé es algo más que unas calles de las que emanan melodías y canciones y hoy, os lo voy a contar.

Salgo a caminar tempranito por la mañana y paso primero por el hotel Hermitage, parece que durante la pandemia hicieron algunos cambios. Tras el éxito de su baño para chicos de estilo Art Deco original, estos señores crearon un baño femenino del mismo estilo pero en rosa. Debo decir que les ha quedado muy bonito.

En 1911 se formó la liga sufragista femenina, en 1914 las sufragistas de Nashville organizaron una convención en el hotel Hermitage marcando un hito para futuras reuniones y convirtiendo a este hotel en su cuartel general para futuras reuniones.

Continúo y cruzo la popular calle Broadway pero algo más alejada del río, allí está el bonito edificio de la Aduana y la primera escuela pública de Nashville que abrió el 26 de febrero de 1855. 

La catedral gótica de 1894 de Christ Church.

El Museo de Arte Frist y su voluminoso edificio art decó.

A lo lejos veo un reloj en lo que parece un campanario, me acerco pensando que es una iglesia (según me contaron después no soy la única que lo cree) pero veo un letrero que pone Hotel Union Station, y me digo, ¿un hotel? ¿en una estación? sí darlings, así es, queda junto a las vías, y la sala principal es preciosa, de techos altos y acristalados, grandes arcos y escaleras de madera.

Hay cosas divertidas en las ciudades, murales que invitan a posar ante ellos, y la gente hace cola para ello, así hice yo y este fue el resultado frente al mural WhatLifts You Wings.

Muchos de esos murales son muy musicales.

La también llamada Atenas del sur tiene también su historia, en este caso se trata del Fort Negley, un fuerte de la Guerra de Secesión que un día de verano decidí ir a visitar. Debo advertiros que el verano de Tennessee es muy caluroso, y como Nashville no es muy grande se puede caminar a todos sitios como hice yo, fui caminando en busca del fuerte, me encontré la iglesia de la Cienciología, acabé bordeando un autopista y allí estaba preguntándome medio derretida si había perdido la cabeza. Por fortuna llevaba mi sombrero australiano para resguardarme del sol y suficiente agua. 

La entrada del parque que lo alberga es fácil de encontrar. El fuerte está sobre una colina, no queda mucho de él. Lo mejor son las vistas de la ciudad, desde allí se puede ver el río y el edificio Batman. 

Sigo caminando y paso por la agencia de espectáculos Live Nation donde hay una gran guitarra en su fachada principal y muchas entradas a conciertos maximizadas decorando su parte trasera.

De camino hacia el centro tomé la 4ª avenida (bajo la solana) hacia el Cementerio de la Ciudad de Nashville establecido en 1822. Me encantan estos cementerios tan antiguos donde el tiempo se para. 

Llegando al centro oigo un ruido extraño, parecen coches a gran velocidad, veo vallas, me acerco cuando de repente a toda velocidad pasan varios coches IndyCar (como los de la Fórmula 1), resulta que se estaba celebrando el  Music City Grand Prix y yo fui a dar con él de pura casualidad, me quedé mirando, luego me cambié de sitio a uno donde podía ver mejor.

Me encantan los edificios que dan al río, siguen manteniendo antiguas señales de los negocios que había en esta calle. Ahora la gran mayoría son las parte trasera de locales de música y baile.

Frente a ellos se encuentra el Fort Nashborough que desde 1779 fue parte de los primeros asentamientos que luego se convirtieron en Nashville. 

Los cafés cierran temprano, lo que sí encontré abierto fue Copper Branch, donde sirven comida vegana, el batido que probé estaba riquísimo, de buen tamaño como todo en este país, y me decanté por una hamburguesa vegana. 

Hoy os voy a hablar de un libro que leí hace muchos años. Tenía un examen de inglés muy importante y era una de las novelas sugeridas, aprobé y “Bel Canto” de Ann Patchet fue clave para ello. En una de mis visitas a Nashville me di cuenta que la librería independiente más importante del lugar llamada “Parnassus books” está regentada por Ann, la autora de este libro. La historia empieza cuando en la celebración de un cumpleaños en algún país de habla hispana un grupo de amantes de la ópera van a admirar a una gran cantante de fama mundial cuando de repente, un grupo de rebeldes los rapta. La misión era secuestrar al presidente de la nación, que ese día había decidido quedarse en casa. En una reseña una vez leí algo que me parece representa esta narración “Bel Canto es una historia melódica de un caso extremo del síndrome de Estocolmo. Es una exposición elegante y significativa del secuestro, pero también del amor.” 

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2 respuestas

  1. Aún no he tenido la suerte de aterrizar por esta parte del mundo pero muchísimas gracias por la descripción y el recorrido tan interesante, cuando llegue la hora lo replicaré!
    😍❤️👍

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