El Madrid de los Austrias y sus delicias

Hace seis meses me lancé a contaros mi aventuras viajeras para que, al leerme, vierais el mundo a través de mis ojos, proyecto que me está haciendo muy feliz.

Mi primer post fue sobre Madrid, la capital de mi precioso país. Con ella me solté, y ha llegado la hora de escribir otro post más extenso para celebrar este medio año de vida de la Lectora Nómada; porque queridos nómadas, Madrid es otra de esas ciudades fabulosas sobre la que hay mucho que contar, no solo sobre su belleza, sino también sobre su gastronomía, así que ¡allá vamos!

Voy a empezar por una zona que me encanta, el “Madrid de los Austrias”. Se le llama así a una parte de la ciudad repleta de edificios majestuosos que la dinastía de los Habsurgo construyó. En su epicentro pondría al Palacio Real y los inmensos jardines que lo rodean. No me canso de fotografiarlo siempre que paso por allí.

Frente al bello edificio se encuentran los Jardines de Oriente, que es como también se le conoce al Palacio; y en frente de ellos está el bonito Café de Oriente donde llevé a mi mamma a tomar algo calentito una mañana de febrero.

Junto al Palacio Real, a su derecha, está la Catedral de Santa María la Real de la Almudena, nació en otra dinastía, es jovencita ya que la inauguraron en 1993.

Cruzando, a unos pasos se encuentra el Teatro Real, que es impresionante. Su parte trasera da a una plaza con parada de metro incluida conocida como Ópera, desde allí, si tomáis la calle Arenal os llevará a la famosa Puerta del Sol. La inmensa plaza donde cada nochevieja se reúne medio planeta para celebrar la entrada del nuevo año y tomar las doce uvas con cada una de las doce campanadas, costumbre muy española que muchos nómadas que nos visitan quieren experimentar. Mi primer consejo es, ¡ojo con atragantarse!

Frente el famoso reloj, que se encuentra en la Casa Real de Correos, en el suelo, podréis ver el Km 0, punto desde donde se originan todas las carreteras del país. Al otro lado de la plaza os saludará el Oso y el Madroño, símbolo de esta ciudad, al que ya habréis visto más arriba.

De camino, y si es invierno, no os podréis resistir al mejor chocolate caliente de la ciudad. En una callecita pegada a la calle Arenal está la famosa Chocolatería San Ginés, donde los camareros sirven veinte chocolates a la vez como si fueran malabaristas, impresionante. Al delicioso y espeso chocolate, hecho con agua para mi gran alegría, ya que no tomo leche, lo acompañan unos churros, ¡cómo no!, si se pisa Madrid son obligatorios.

Pero si lo que os apetece es algo salado os contaré que allí cerquita de Sol esta Casa Labra, una taberna centenaria donde ofrecen las mejores croquetas de bacalao de toda la ciudad. Si coméis pescado es un deber pasar por allí a probarlas.

Otra calle situada tras la chocolatería os llevará a la Plaza Mayor, llena de vida, tenderetes y artistas diversos que nos ofrecen sus mini shows. Pegadito está el Mercado de San Miquel, un mercado interior muy cuqui e ideal para tomar unas tapitas.

La verdad es que toda esta zona está a rebosar de restaurantes de todo tipo, siendo los castizos los que más abundan en estas preciosas calles. Uno de los más famosos del lugar, visitado por celebridades y gobernantes de muchos países es Casa Lucio, donde se come de maravilla y donde el plato estrella son los “huevos rotos”. No se han ganado el nombre por lucir bonitos, sino porque son los MEJORES que habréis probado en vuestra vida, ¿Cuál es su secreto? Patatas y huevos de alta calidad, y seguro que mucho amor, que es lo que hace que todo sea más delicioso. El dueño, Lucio, sigue estando al pie del cañón, y siempre tiene tiempo para todos sus clientes, sean reyes o labriegos.

Lucio con mi fan número uno.
Lucio con mi fan número uno.

Cerca de Lucio, en la plaza de la Puerta Cerrada, daréis con un bar de tapas llamado Casa Revuelta, y ellos son los reyes de la tapa de bacalao, si os gustaron las croquetas de Casa Labra, hoy es un buen día para probar la tapa.

Adoro toda esta zona del centro de Madrid, con sus callejuelas llenas de encanto y sus maravillosos edificios colmados de historia; si os gusta el cine español o las series españolas históricas emplazadas en la ciudad, veréis en ellas muchos rincones que os resultarán familiares, como el arco de Cuchilleros que sale en la serie “Fortunata y Jacinta”, basada en el libro de Benito Pérez Galdós.

Aunque hoy no va a ser de Don Benito de quien os hable, sino de una escritora madrileña, Julia Navarro, y de uno de sus libros que me encantaría compartir con vosotros llamado, “Dime quien soy”.

La historia empieza en Madrid tras un encargo que le hace su tía a un joven periodista. Ella quiere que escriba la historia de su abuela, él va a seguir unas pistas que le llevarán a una España de la Segunda República de la que ella escapa, a Berlín donde vive tras el muro hasta su caída, pasando por la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría. Él en su empeño de escribir la historia de la abuela Amelia, va descubriendo a una mujer valiente, sobreviviente en todos los conflictos vividos en el país y en Europa, como descubrió el amor o como sus decisiones la llevaron a ser espía.

De nuevo me encuentro leyendo un libro con una protagonista femenina fuerte, inteligente, otra heroína literaria en mi lista. La historia tiene un final inesperado que espero que disfrutéis tanto como hice yo, al leer una novela que no quería que terminara.

 

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