Puesta de Sol en el templo de Uluwatu.


El hotel de Seminyak está dentro de un templo, así como lo leéis, Arsana nos contó que cada casa tiene su propio templo al que cuidan con mucho primor; después están los templos familiares, normalmente construidos por el familiar con más posibles y para el uso de toda la familia, en él tienen lugar muchas de las celebraciones que llevan a cabo. Cada comunidad tiene a la vez su templo y luego están los públicos, que son los que visitamos los nómadas.

En cada uno hay cada mañana una persona encargada de hacer una ofrenda a sus dioses, encender incienso, hacer un pequeño ritual y recitar una oración para que entre lo bueno, y salga lo malo.

En la granja Green Tara había una señora vestida de blanco a la que veía hacerlo cada mañana. Los negocios tienen pequeños altares frente a ellos y cuando paseas todas las calles huelen a incienso, la verdad es que me da una buena vibra. Hasta en los coches llevan pequeñas ofrendas.



Los decoran con sombrillas y telas a cuadros, como un tablero de ajedrez, que significan el equilibrio entre el bien y el mal, por respeto no debemos tocarlas.

Como cada noche buscamos un lugar para cenar, cual no es mi alegría cuando muy cerquita encontramos un restaurante vegano llamado Zula donde  cenamos un Nasi Campur, que es un plato típico balines que consta de arroz (nasi) y diferentes ingredientes, este como podéis ver es vegano y está riquísimo.

Tras una noche de descanso amanecemos temprano y vamos a cambiar dinero a una casa de cambio, debo mencionar que no os deberías fiar de las pequeñas que no tienen mucha pinta profesional, dan montones de billetes pequeños para confundir al visitante y quedarse con algunos. Existe también la opción de sacar dinero en el cajero ATM.

Desde allí nos vamos al sur oeste, a la playa Balangan a pasar el día soleado que nos regala el monzón.

Hay restaurantes a pie de playa, perros que pasean (ojo con las garrapatas), también rocas y corales en la arena que dificultan la entrada al mar, por eso os recomiendo llevar unos escarpines/cangrejeras, yo estoy usando las mías más de lo que me hubiera imaginado.

A media tarde compartimos un taxi con otra viajera y nos vamos al Templo de Uluwatu que queda a unos quince minutos. En él viven muchos monos que lo custodian, por lo cual hay que tener en cuenta varias cosas, como no llevar nada que les parezca divertido, como las gafas de sol o la cámara, ni comida. Es clave no mirarlos directamente a los ojos. Si alguno os roba algo los cuidadores os echarán un cable para recuperarlo. 

Debemos llevar todos un pareo que se puede alquilar en la entrada, nosotras nos ponemos el nuestro. La entrada cuesta 50K. Los monos se portan bien así que nos deleitamos paseando por este bello templo que está encima de un acantilado sobre el Océano Índico.

Uluwatu es uno de los seis templos principales de Bali, “ulu” significa arriba, y “watu” piedra. Un gran porcentaje de la población balinesa es hindú y veneran a la Trinidad Hindú: Brahma, Vishnu y Shiva, los tres se funden aquí y el momento ideal para visitarlo en durante la puesta del sol.

A esa hora celebran en el anfiteatro una danza Kecak del fuego que dura una hora, en ella se representa una leyenda.

Bellas bailarinas balinesas aparecen haciendo un movimiento de manos que me deja con la boca abierta.

El Dios Mono vestido de blanco hace de las suyas, también entre el público, lo cual es muy divertido.
Hay un momento donde prenden el fuego, en este pura (templo) veneran a la deidad de todos los elementos y aspectos de la vida en el universo, y todos ellos se representan en este bello templo.

La entrada para este espectáculo cuesta 100K y se compra dentro del templo sobre las cinco. Conviene que reservéis un taxi para que os recoja al salir, si no tenéis moto. En Bali no existe el transporte público, por eso sus calles están repletas de motos cuyos conductores a veces, no pasan los siete años, y sobre las cuales la familia entera o el negocio navegan.

Hoy me gustaría compartir el libro de Elisa  Mayo, “Cuando la muerte te mira a los ojos”. Es el cuarto libro que leo de ella y al igual que los demás me ha entretenido, enganchado y he disfrutado de leer. La trama implica pérdida, romance y mucho suspense. La novela no es muy larga, con lo cual la leí en un día cuando el calor apretaba en Bali y agradecí esta lectura fresca y ágil.

 

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2 respuestas

  1. Como siempre cuando tengo un momento, (que hoy no lo tengo, oix!!!!! pero tenía ganas de deleitarme con tus buenas explicaciones porque te transportan, ahora a tu viaje a Bali), pero quería tomarme un tiempito para leerte. Qué bien! Gracias guapa por compartir estas experiencias tan chulas.

    1. Muchísimas gracias, esa es la idea, sobre todo en los días que estamos viviendo, son una pequeña ventanita al mundo.
      Cuidaos mucho

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