Un Nueva York algo peliculero.


Me encanta escuchar jazz cuando escribo, me transporta de nuevo a mis viajes, sobre todo a la ciudad de Nueva York, que como sabéis es uno de mis lugares favoritos del mundo.

Las notas de Ella Fitzgerald guían mis dedos sobre el teclado y llego a una chocolatería del Soho llamada MarieBelle. ,Virginia lleva mucho tiempo hablándome de ella y hoy por fin es el día.

Al entrar suena Ella y siento que estoy en el paraíso, rodeada de belleza e de ideas para regalo en forma de chocolate con motivos neoyorquinos, ¡que rica y preciosa idea!

Pero eso no es todo, al fondo veo una Cocoa Shop o chocolatería, entramos y emito grititos de ¡oh qué cuqui es todo! Aquí se juntan dos cosas que me encantan, las tacitas y el chocolate, que por supuesto probamos. Nos decantamos por el azteca algo picante y … RESULTA DELICIOSO.

Felices continuamos nuestro paseo, que empieza a unos pocos metros de la boca del metro Spring St. cuando nos damos de bruces con uno de los murales de Kobra, el de “la estatua de la libertad con sombrero”. Ya os conté que es un muralista brasileño que tiene unos veintidós repartidos por la ciudad de Nueva York. Seguro os suena uno gigante de caras de etnias de los cinco continentes, con muchos colores, que son sus marca personal, y que pintó cuando las olimpiadas en Rio de Janeiro. Parece ser que es el mural más grande mundo.

Este parada de subway, que es como llaman al metro, me recuerda que el mítico restaurante brasserie francés Balthazar’s queda a unos pasos. Un día hace muchos años, cuando el gran socavón de las torres gemelas estaba en obras de reconstrucción, mi compi y yo decidimos ir a allí desayunar, la misma idea tuvo Meg Ryan mira por donde. Es un lugar muy romántico.

Allí mismo, en el Soho, a cinco minutos de MarieBelle está el edificio donde vivían el bello Patrick y Demi en Ghost, ¡ay que clásico! El Nueva York peliculero, cada esquina nos resulta familiar ¿verdad? Por cierto, como curiosidad, MarieBelle sale en la película de Jennifer Lopez “Jefa por accidente”.

Otro restaurante que también se hizo famoso gracias a la película del mismo nombre es “Serendipity”. Se encuentra en la sexta con la 3º Avenida y en él sirven unos postres gigantes iguales al que se comieron John Cusack y Kate Beckinsale.

Otro rincón “peliculero” lo encontré en la calle 42 pasada la Grand Central Terminal, en la entrada del periódico Daily News, que en la película Superman todos conocíamos como el “Daily Planet

Ojo con perderse este gran mural de Gerada Art que está en el callejón contiguo.

Uno de esos rincones que nos transporta a un New York de finales del siglo XVIII es la casa donde nació el 26º presidente de EEUU, Theodore Roosevelt or Teddy, como le llamaban cariñosamente. Está junto al edificio Flatiron, en 28 E 20th St. su entrada es gratuita y un ranger nos la enseña mientras nos cuenta muchos detalles de su vida. Los rangers son los encargados de cuidar el patrimonio histórico del país.

Adoro ver casa donde vivió algún personaje histórico y si el lugar ha sido convertido en una biblioteca, es ya el éxtasis. La Morgan Library alberga la colección de libros que J.P. Morgan reunió en toda su vida.

Queda a unas tres calles de la Biblioteca Pública, sí la misma donde casi se casó Carrie Bradshaw de Sexo en NY. Aunque si haces un tour gratuito de una hora descubres sus secretos, sus salas de mapas, algún escritorio sobre el que fluyeron palabras que luego se convirtieron en libros y tantas otras maravillas.

En sus entresijos, ahora convertidos en zona infantil vive el único y verdadero Winnie the Pooh, sí, el mismo.

Cerca de Central Park descubro otro hogar literario, la librería de libros antiguos Argosy Book Store

Dando un salto en el futuro voy a dar con la escultura que está de moda en estos días en Hudson Yards, el Vessel, o vasija, esa es la forma que se supone que tiene; se puede subir gratuitamente por sus escaleras interiores reservando hora. 

No os vayáis de la zona sin echar un vistazo y quizá degustar alguna delicia en el mercado Little Spain, sí, muy español. La forma de encontrarlo desde el Vessel es entrando en un centro comercial blanco que pone The Shops frente a la escultura, y girando a la derecha donde veréis el letrero rojo con una flecha hacia abajo, y chimpún. Su otra salida da directa a la High Line, la recordareis de mi otro post.

En estos días de cuarentena, cuando escribo estas letras, recordando para volver a vivir, leo un libro del autor español Antonio Muñoz Molina llamado “Ventanas de Manhattan” para sentirme algo más cerca de esta gran ciudad que tan encandilada me tiene. En él va describiendo con una prosa excepcional su llegada a la Gran Manzana, enumera cada sensación, cada luz, cada rasgo que muchos conocemos por la gran pantalla y que una vez allí descubrimos y no podemos dejar perseguir, atentos a todo lo que allí sucede. Todavía no lo he terminado y estoy disfrutándolo tanto como estar en mi NYC, feliz de leerlo en unos días en los que un libro es el único que me lleva de viaje y me abre esas ventanas a esas largas avenidas, a sus vapores, a esos taxis amarillos …

 

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